En el vetusto palacio de los Condes de Buenavista, sede del Museo Picasso Málaga, puede verse hasta el 5 de septiembre próximo la exposición titulada "Picasso. Caballos".
En el día de ayer con motivo de su inauguración la entrada fue gratuita, y allá que nos personamos en compañía de nuestro simpar amigo Miguel y su ex de toda la vida Antonio. Como siempre, es un deleite visitar el palacio y revisar la colección permanente, pero cual fue nuestra sorpresa, que la misma ha sido sustancialmente modificada para alojar de forma momentánea las nuevas piezas cedidas por la familia. Se han eliminado piezas, a nuestro juicio y gusto, claves como "Olga Koklova con mantilla" o "Paul con gorrito" que por sí mismas ya eran un motivo de visita al museo. En su lugar se han dispuesto un excesivo número de litografías, de muchísimo menor interés, resultando muy pesada y reiterativa la contemplación de las obras.
Junto a este grupo de piezas que componen el corazón del museo, y dispuestas en la impoluta sala de exposiciones temporales vimos la nueva muestra, que rememora la vinculación de Picasso con los caballos, desde su particular visión de la mitología hasta su obsesión por la tauromaquia. Sin ser de las mejores exposiciones que han pasado por las instalaciones -recuérdese las de Picasso en Antibes, Picasso: Cerámica o la primera El Picasso de los Picasso- si merece una visita.
En la fotografía vemos una de las obras presentes en la exposición. Se trata de "El rapto" de 1920, pertenenciente al The Museum of Modern Art de Nueva York.
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