sábado, 18 de septiembre de 2010

OBRIGADOS, LISBOA (II)






















Lisboa, ciudad de nostalgia, no sólo ofrece la imagen de "saudade" romántica de sus monumentos y tranvías. En otras zonas de la ciudad nos encontramos la más rabiosa actualidad arquitectónica fruto de la Expo del 98: el Parque das Nações. Nos llamó poderosamente la atención, lo bien conservado y aprovechado que estaba el recinto de la muestra universal (no podemos decir lo mismo de nuestra querida Sevilla y su Expo 92). La fantástica y sorprendente Estação de Oriente (obra del español Santiago Calatrava), el centro comercial Vasco da Gama (uno de los más grandes de Europa) custodiado por dos espléndidas torres gemelas, el Ocenário de Lisboa, el Centro da Ciência Viva, la torre Vasco da Gama, el teleférico, los jardines ribereños y el siempre impresionante estuario del río Tajo (Mar da Paja) merecen una visita y un paseo por las instalaciones. No existe excusa para no acudir a este punto de Lisboa, ya que el metro llega hasta la misma puerta del parque.
Tampoco existe excusa para no visitar el magnífico edificio del Centro Comercial Colombo, en el norte de la ciudad, y tomar allí el pulso de lo que hacen y compran los lisboetas, cómo se divierten y qué es lo que comen (al margen de los tópicos sobre la vida "turística" de Lisboa que se nos ofrecen desde los paquetes turísticos). Hemos de aclarar que no somos unos consumistas desenfrenados, pero consideramos, como amantes de la arquitectura contemporánea, que los centros comerciales son las nuevas "catedrales" que nos rodean, por sus dimensiones y posibilidades, habiendo encontrado en Lisboa dos magníficos ejemplos (el anterior del Parque das Nações y este de Colombo). Sorprende la arquitectura del predio, junto al Estádio de Futebol da Luz (donde juega el Bemfica), con planta semicircular, dos patios a modo de plazas y tres alturas. Allí se nos ofrece de todo para comprar y divertirnos (incluido un pequeño parque de atracciones con una mini montaña rusa y un jardín exterior, todo ello en la tercera planta). Muy recomendables ambos centros para hacer las oportunas compras para  agasajar a la familia y amigos sin tener que recurrir al típico "souvenir" turístico (léase galo de Barcelos, virgencita de Fátima, toallas y otras zarandajas).

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