Aunque no somos para nada "futboleros", no podemos permanecer impasibles ante el jolgorio, algazara y regocijo general que nos rodea y nos unimos, aunque sea en la distancia, a la gran fiesta "roja" que estremece a nuestra bien amada España. La catarsis colectiva que hemos podido observar en este Mundial de Fútbol, ha tenido a nuestro juicio un par de notas altamente positivas: de un lado la sensación de unidad del pais y de otra la despolitización de la enseña nacional (reconocemos que no es la que nos gusta -somos republicanos, maricones y de izquierdas (o sea, parientes directos del Demonio)). Nos alegra enormemente que la bandera no pertenezca ya a ningún partido (especialmente a la rancia derecha heredera del franquismo, y que la izquierda no se avergüence de que exista una bandera nacional), sino a la gran masa popular que la ha colgado de sus ventanas y balcones (solo hay que darse una vuelta por los barrios obreros que votan masivamente a la izquierda para darse cuenta de lo que hemos afirmado anteriormente).
Que estas líneas sirvan de felicitación y homenaje a los que han hecho posible que este título se haya teñido de los colores patrios.
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