domingo, 9 de diciembre de 2012

TELÓN

 
                 TELÓN

Pienso, a veces, que no me queda mucho
tiempo de vida, diez años a lo sumo...
Otras veces (sin entusiasmo) creo que viviré
mucho tiempo, hasta ser bastante más que viejo,
y que veré desaparecer a casi todos los que
hoy conozco, lo que hoy cunden y medran.
Extrañamente vivir mucho o poco me da
lo mismo. Tengo terror al dolor, a la enfermedad,
a cualquier alargamiento de una vida ínfima,
como les gusta a los obtusos y negro católicos.
Dolor no. Pero ¿qué más da alargar la vida
o que termine pronto? Tengo 57 años, es decir,
ya no moriré joven. Seguro que aún hay sorpresas
en el cofre. Pero si dejáramos de verlas tampoco
ocurrirá nada. Acaso el cobre lo abra otro...
La vida es hermosa, pero nada del otro mundo.
He gozado y he sufrido. Acaso sufrido más.
Amor y amisatad me fallaron, en buena medida.
El mundo (quizá como siempre) no pasa su mejor momento.
El futuro no me parece exaltador, sino triste, opaco
y carente de libertad individual. Un mundo robótico
para el que no estoy preparado ni deseo estarlo.
Un mundo de políticos infames y policías canallas.
No veo (mirando al fondo) un paisaje de esbeltas
columnas o de bellas montañas nevadas...
Sí, el futuro parece inevitablemente grisáceo
y quizás eso mismo no sea decir demasiado.
No, no me importaría morir tranquilamente pronto.
Pienso que subo a un barco y que nos vamos
entre el humo de las chimeneas, a ninguna parte
y para nunca. No hay problema. Todo es calma y paz
y nunca, nunca jamás, volveremos. Yo he sacado
el pañuelo (un gesto arcaico) para decir adiós
desde cubierta, y al pronto me he percatado
de que el muelle estaba vacío. Estamos solos.
Siempre lo hemos estado, pese a las apariencias...
El barco se aleja despacio sobre un mar gris también
y yo me voy con él, para siempre, lentamente dormido.
¿Vivir más o menos? Es propio de tenderos
llenar registros, preocuparse del negocio o echar cuentas.
Yo siempre fui un pésimo contable. Hola, adiós.
Año más o menos, te lo aseguro, da igual. Viene a ser lo
mismo.

Luís Antonio de Villena

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